Todo empezó hace un año, cuando decidí alentado por mi pareja emprender un
nuevo camino. Necesitaba un cambio, cerrar heridas, subir mi autoestima, y
sentirme en paz con migo mismo, y no hay mejor remedio que dedicar tu tiempo
ayudando a personas que lo necesiten.
Busque por internet comedores sociales en mi ciudad y me ofrecí como
voluntario, dedicando cada día durante 6 meses parte de mi tiempo,
teniendo la suerte después de pasar por
unos cuantos comedores sociales de dar con el de las hermanas católicas de San
jose, una iglesia pequeña pero llena de amor, donde la hermana Teresa junto a
unos cuantos voluntarios ayudamos diariamente a dar de comer a 100 personas que
lo necesitan.
Hoy llevo un año y realmente me siento orgulloso por haber dado este paso.
Ahora mi dedicación aunque es menor 1 día fijo a la semana y si puedo 2, hace que
me sienta pletórico de fuerzas, entendiendo que este objetivo ya no es tal
porque ha pasado a formar parte de mi vida. Ya no me imagino una semana sin mi
miércoles, dedicando parte de mis horas a servir comidas a quienes por desgracia
de la vida se sientan en la mesa.
Dalai Lama
“Nadie puede tratar sinceramente de ayudar a otros sin ayudarse a si mismo”
Un saludo
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